05 julio, 2007

El alcohol evitaría la artritis reumatoidea, según estudio

Más buenas noticias de la comunidad científica para quienes disfrutan de una buena copa de vino: beber alcohol regularmente reduciría a la mitad el riesgo de desarrollar artritis reumatoidea.

Una nueva investigación, presentada el viernes en el Congreso Europeo de Reumatología, mostró que tomar al menos tres unidades de alcohol por semana tiene claros efectos protectores y que 10 unidades brindarían aún más protección.

Una unidad es aproximadamente equivalente a un vaso de vino o a una cerveza pequeña.

Beneficios
Estudios previos indicaron que el alcohol también jugaría un rol beneficial en la enfermedad cardiaca, el accidente cerebro vascular (ACV), algunas formas de cáncer y probablemente en el Alzheimer.

Henrik Kallberg, del Instituto Karolinska en Estocolmo, dijo que su investigación demostró que consumir tres o más unidades de alcohol está asociado con una reducción del 50 por ciento en el riesgo de padecer artritis reumatoidea (AR).

Eso fue suficiente para compensar el peligro de desarrollar AR causado por el tabaquismo o factores genéticos, según el análisis de 2.075 suecos con y sin el desorden articular.

A pesar de que se necesitan más estudios para desentrañar el misterio que se esconde detrás de esta relación, Kallberg dijo que es probable que el alcohol suprima el sistema inmune y reduzca el proceso inflamatorio producto de la condición.

"Esta información ahora muestra no sólo que el alcohol puede proteger contra la AR y disminuir el riesgo provocado por el tabaquismo o los genes susceptibles, sino que además ofrece una idea sobre las dosis necesarias," expresó el autor.

Por su parte, Tore Kvien, presidente de la Liga Europea Contra el Reuma, dijo que los resultados son "muy interesantes" pero que deben ser confirmados por otros estudios, y advirtió que el exceso de alcohol produce otros problemas de salud.

Artritis reumatoidea
La artritis reumatoidea, que es diferente de la forma más común de osteoartritis, consiste en un desorden inflamatorio degenerativo en el cual el propio sistema inmune de la persona ataca los tejidos articulares, provocando hinchazón y discapacidad progresiva.

Es una enfermedad generalizada, sistémica, de todo el cuerpo. Pero la expresión clínica más importante está en las articulaciones, y dentro de las enfermedades reumatológicas es la que puede llevar a grados mayores de destrucción articular y de invalidez. No es corriente para ninguna otra enfermedad articular una evolución tan catastrófica como la artritis reumatoide, explica el reumatólogo Sergio Iacoberlli.

La dolencia afecta a más de 20 millones de personas en todo el mundo.

Tomado de Terra Noticias.
http://www.mx.terra.com/salud/interna/0,,OI1693644-EI5418,00.html

Carta abierta a Ernesto Che Guevara

Querido Che:

Ya han pasado cuarenta años desde que la CIA te asesinó en la selva de Bolivia, el 8 de octubre de 1967. Tenías entonces 39 años. Pensaban tus verdugos que, al meterte balas en tu cuerpo, después de haberte capturado vivo, condenarían al olvido tu memoria. Ignoraban que, al contrario de los egoístas, los altruistas nunca mueren. Los sueños libertarios no quedan confinados en jaulas cual pájaros domesticados. La estrella de tu boina brilla más fuerte, la fuerza de tus ojos guía a generaciones por las rutas de la justicia, tu semblante sereno y firme inspira confianza a quienes combaten por la libertad. Tu espíritu trasciende las fronteras de Argentina, de Cuba y de Bolivia y, cual llama ardiente, inflama aún hoy el corazón de muchos revolucionarios.

En estos cuarenta años ha habido cambios radicales. Cayó el muro de Berlín y sepultó al socialismo europeo. Muchos de nosotros sólo ahora comprenden tu osadía al señalar, en Argel en 1962, las grietas en las murallas del Kremlin, que nos parecían tan sólidas. La historia es un río veloz que no ahorra obstáculos. El socialismo europeo trató de detener las aguas del río con el burocratismo, el autoritarismo, la incapacidad para llevar a la vida cotidiana el avance tecnológico derivado de la carrera espacial y, sobre todo, se revistió de una racionalidad economicista que no hincaba sus raíces en la educación subjetiva de los sujetos históricos: los trabajadores.

Quién sabe si la historia del socialismo no sería distinta hoy si hubieran prestado oído a tus palabras: “El Estado se equivoca a veces. Cuando sucede una de esas equivocaciones se percibe una disminución del entusiasmo colectivo debido a una reducción cuantitativa de cada uno de los elementos que lo forman, y el trabajo se paraliza hasta quedar reducido a magnitudes insignificantes: es el momento de rectificar”.

Che, muchos de tus recelos se han confirmado a lo largo de estos años y han contribuido al fracaso de nuestros movimientos de liberación. No te escuchamos lo suficiente. Desde África, en 1965, le escribiste a Carlos Quijano, del periódico Marcha de Montevideo: “Déjeme decirle, aún a costa de parecer ridículo, que el verdadero revolucionario está guiado por sentimientos de amor. Es imposible pensar en un auténtico revolucionario sin esta cualidad”.

Esta advertencia coincide con lo que el apóstol Juan, exiliado en la isla de Patmos, escribió en el Apocalipsis hace dos mil años, en nombre del Señor, a la Iglesia de Éfeso: “Conozco tu conducta, el esfuerzo y la perseverancia. Sé que no soportas a los malos. Aparecieron algunos diciendo que eran apóstoles. Tú los probaste y descubriste que no lo eran. Eran mentirosos. Ustedes han sido perseverantes. Sufrieron por causa de mi nombre y no se desanimaron. Pero hay una cosa que repruebo en ti: abandonaste el primer amor” (2, 2-4).

Algunos de nosotros, Che, abandonaron el amor a los pobres, que hoy se multiplican en la Patria Grande latinoamericana y en el mundo. Dejaron de guiarse por grandes sentimientos de amor para ser absorbidos por estériles disputas partidarias y, a veces, hacen de los amigos, enemigos, y de los verdaderos enemigos, aliados. Corroídos por la vanidad y por la disputa de espacios políticos, ya no tienen el corazón encendido por ideas de justicia. Permanecieron sordos a los clamores del pueblo, perdieron la humildad del trabajo de base y ahora cambian utopías por votos.

Cuando el amor se enfría el entusiasmo se apaga y la dedicación se retrae. La causa como pasión desaparece, como el romance entre una pareja que ya no se ama. Lo que era ‘nuestro’ resuena como ‘mío’ y las seducciones del capitalismo reblandecen los principios, cambian los valores y si todavía proseguimos en la lucha es porque la estética del poder ejerce mayor fascinación que la ética del servicio.

Tu corazón, Che, latía al ritmo de todos los pueblos oprimidos y expoliados. Peregrinaste desde Argentina a Guatemala, de Guatemala a México, de México a Cuba, de Cuba al Congo, del Congo a Bolivia. Todo el tiempo saliste de ti mismo, encendido de amor, que en tu vida se traducía en liberación. Por eso podías afirmar con autoridad que “es preciso tener una gran dosis de humanidad, de sentido de justicia y de verdad, para no caer en extremos dogmáticos, en escolasticismos fríos, en aislamiento de las masas. Es necesario luchar todos los días para que ese amor a la humanidad viva se transforme en hechos concretos, en gestos que sirvan de ejemplo, de movilización”.

Cuántas veces, Che, nuestra dosis de humanidad se ha resecado, calcinada por dogmatismos que nos hincharon de certezas y nos dejaron vacíos de sensibilidad para con los dramas de los condenados de la Tierra. Cuántas veces nuestro sentido de justicia se perdió en escolasticismos fríos que proferían sentencias implacables y proclamaban juicios infamantes. Cuántas veces nuestro sentido de verdad cristalizó en el ejercicio de autoridad, sin que correspondiésemos a los anhelos de quienes sueñan con un trozo de pan, de tierra y de alegría.

Tú nos enseñaste un día que el ser humano es el “actor de ese extraño y apasionante drama que es la construcción del socialismo, en su doble existencia de ser único y miembro de la comunidad”. Y que éste no es “un producto acabado. Los defectos del pasado se trasladan al presente en la conciencia individual y hay que emprender un continuo trabajo para erradicarlos”. Quizá nos ha faltado destacar con más énfasis los valores morales, las emulaciones subjetivas, los anhelos espirituales. Con tu agudo sentido crítico cuidaste de advertirnos que “el socialismo es joven y tiene errores. Los revolucionarios carecen muchas veces de conocimientos y de la audacia intelectual necesarios para enfrentar la tarea del desarrollo del hombre nuevo por métodos distintos de los convencionales, pues los métodos convencionales sufren la influencia de la sociedad que los creó”.

A pesar de tantas derrotas y errores, hemos tenido conquistas importantes a lo largo de estos cuarenta años. Los movimientos populares han irrumpido en todo el Continente. Hoy en muchos países están mejor organizados los campesinos, las mujeres, los obreros, los indios y los negros. Entre los cristianos, una parte significativa ha optado por los pobres y engendró la Teología de la Liberación. Hemos sacado considerables lecciones de las guerrillas urbanas de los años 60; de la breve gestión popular de Salvador Allende; del gobierno democrático de Maurice Bishop, en Granada, masacrado por las tropas de los Estados Unidos; de la ascensión y la caída de la Revolución Sandinista; de la lucha del pueblo de El Salvador. En México los zapatistas de Chiapas ponen al desnudo la política neoliberal y se propaga por América Latina la primavera democrática, con los electores repudiando a las viejas oligarquías y eligiendo a aquellos que son a su imagen y semejanza: Lula, Chaves, Morales, Correa, Ortega, etc.

Falta mucho por hacer, querido Che. Pero conservamos con cariño tus herencias mayores: el espíritu internacionalista y la revolución cubana. Una y otra cosa se presentan hoy como un solo símbolo. Comandada por Fidel, la Revolución cubana resiste al bloqueo imperialista, la caída de la Unión Soviética, la carencia de petróleo, los medios de comunicación que pretenden satanizarla. Resiste con toda su riqueza de amor y de humor, salsa y merengue, defensa de la patria y valoración de la vida. Atenta a tu voz, ella desencadena un proceso de rectificación, consciente de los errores cometidos y empeñada, a pesar de las dificultades actuales, en hacer realidad el sueño de una sociedad donde la libertad de uno sea la condición de justicia del otro.

Desde donde estás, Che, bendícenos a todos nosotros los que comulgamos en tus ideales y tus esperanzas. Bendice también a los que se cansaron, se aburguesaron o hicieron de la lucha una profesión en su propio beneficio. Bendice a los que tienen vergüenza de confesarse de izquierda y de declararse socialistas. Bendice a los dirigentes políticos que, una vez destituidos de sus cargos, nunca más visitaron una favela ni apoyaron una movilización. Bendice a las mujeres que, en casa, descubrieron que sus compañeros eran lo contrario de lo que ostentaban fuera, y también a los hombres que luchan por vencer el machismo que los domina. Bendícenos a todos nosotros los que, ante tanta miseria que siega vidas humanas, sabemos que no nos queda otra vocación más que la de convertir corazones y mentes, revolucionar sociedades y continentes. Sobre todo bendícenos para que, todos los días, estemos motivados por grandes sentimientos de amor, de modo que podamos recoger el fruto del hombre y la mujer nuevos.

Frei Betto
04 de Julio 2007
Las citas del Che tienen como fuente el texto El socialismo y el hombre en Cuba, publicado en “Ernesto Che Guevara, escritos y discursos”, Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1977, pp.253-272

A la vuelta de la casa de Sabina: apuntes

Plan México: tropas y base de EU aquí

Pretextos: Al Qaeda y Mara Salvatrucha

Por eso les estorba la Ley de Neutralidad

Cuando hace poco los diputados del PAN trataron de acabar con la Ley de la Neutralidad, esta columna pensó lo peor: que la medida quería crear condiciones para que Felipe Calderón pudiese enviar tropas mexicanas a las guerras imperiales de George WC Bush. Ahora, tras la noticia del pasado 8 de junio -México negocia con Estados Unidos la aplicación de un plan contra la guerrilla y el narcotráfico, similar al que existe y no sirve para nada en Colombia-, Desfiladero comprendió que antes de pensar lo peor debió pensar lo obvio.

¿Y qué era lo obvio? La Ley de la Neutralidad, promulgada por Lázaro Cárdenas, prohíbe el estacionamiento de barcos, aviones, submarinos y soldados pertenecientes a ejércitos extranjeros en tierras y mares de nuestro país. Tras la noticia del 8 de junio, lo obvio es que Calderón apuesta al ingreso y permanencia de tropas estadounidenses en México y, por qué no, a la implantación de bases militares sobre las que ondee la bandera de las barras y las estrellas.

Fuentes que saben lo que dicen aseguran que en círculos calderónicos se analiza, en combinación con la oficina de Bush, el fenómeno de la Mara Salvatrucha, porque existe la preocupación de que esa estructura delictiva, originaria de El Salvador, con ramificaciones en Honduras y Guatemala, pero que actúa fundamentalmente en México, hubiese establecido contactos con Al Qaeda para venderle sus rutas a los terroristas de Bin Laden, de suerte que estos pudiesen infiltrarse en Estados Unidos a través de ellas.

Por disparatado que parezca, el tema ha sido tratado en el marco de la ASPAN (Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte), sellada en 2005 por los gobiernos de WC, Vicente Fox y Canadá, a petición de la Casa Blanca, para imponerle en esos países las pretensiones hegemónicas de Washington, que Fox aceptó en euforia de Prozac y Calderón heredó, hasta donde se alcanza a ver, de mil amores. ¿Es posible que los combatientes de Al Qaeda entren a Estados Unidos guiados por la Mara Salvatrucha?

El investigador catalán Gabriel Boichart, que hizo estudios de postgrado en el Tec de Monterrey y viajó desde Chiapas hasta el norte de México siguiendo los rieles del Tren de la Muerte en que se desplazan los migrantes centroamericanos a Estados Unidos, se ríe cuando le formulo esa pregunta. Estamos en su estudio de Barcelona, la dos veces milenaria "ciudad condal" a la que ahora, en razón de sus incontables centros nocturnos, alguien ha rebautizado como "ciudad congal". Con fotos captadas por él mismo explica algo que yo ignoraba: los "pasajeros" de los convoyes que parten de Tapachula hacia Texas en realidad viajan agarrados como pueden a las escalerillas de los vagones de carga, a los que con suerte a veces pueden amarrarse.

"Pasan hasta tres días encaramados entre esos barrotes, luchando por quitarle el puesto al que va un poco más arriba y defendiéndose como pueden del que va más abajo. A menudo llegan a pegarse hasta puñaladas para bajar a los que les estorban, pero lo más común es que se duerman y se caigan a las vías donde el tren los succiona y los rebana", me dice Gabriel barajando una serie de imágenes en que hombres maduros y jóvenes, sin brazos ni piernas, descansan en un albergue de Tapachula sonriendo con mansedumbre a la cámara.

¿Qué partitura toca en ese concierto la Mara Salvatrucha? Esta, recuerdo las palabras de Jesús Ramírez Cuevas, surgió tras la guerra civil de El Salvador, cuando los mercenarios entrenados por Estados Unidos para contrarrestar a la guerrilla quedaron sin empleo y pasaron a Honduras, Guatemala y México para sobrevivir. "Ellos trabajan en pequeñas bandas que se colocan estratégicamente donde se juntan los migrantes que esperan el tren. Como saben que llevan mucho dinero encima para pagar toda una cadena de sobornos, se organizan para asaltarlos, porque de eso viven. Yo no sé cómo Al Qaeda podría servirse de ellos. ¡Menuda ocurrencia!", se carcajea Boichart, preguntándose por qué a ningún editor, en México o en el reino de Juan Carlos I, le ha interesado su excelente proyecto de trabajo.

A decir verdad, escribo estas líneas en un café de Madrid, a 50 pasos de la calle donde vive Joaquín Sabina, de cuyo edificio vengo y ante cuyo portón he tocado el timbre... sin atreverme a oprimirlo porque hace ya seis años que no nos vemos y a mi compañera de viaje le da cosa que moleste al poeta así como así, "no sea que lo encaje fatal o incluso se pille un cabreo". A Calderón, me digo saboreando un pincho de whisky sin hielo, no le basta la presencia del Ejército en las calles del país para sentir menos amenazada su "presidencia" espuria. Su "imaginaria guerra contra el narcotráfico" -la expresión, rotunda y precisa, es de Luis Javier Garrido-, que sabe perdida irremediablemente, es tan sólo un pretexto para "gobernar" rodeado de militares y, más temprano que tarde, solicitar el auxilio de los marines. De ese tamaño son el desprecio y el temor que siente ante el repudio generalizado de un pueblo que no lo eligió y no lo acepta.

Pero si con tal de conservar el poder está dispuesto a calcar la ley Patriótica de Estados Unidos para espiar a millones de ciudadanos sin orden judicial de por medio (Los Ángeles Times dixit), a encarcelar a los disidentes políticos acusándolos de terroristas y a convertir a México en un "Estado libre asociado" como Puerto Rico, en lo económico está entregado a los intereses españoles, con un vicepresidente gallego sentado a su vera en Los Pinos, y con un hermano de su esposa incrustado en El País, diario que después de elogiar la sangrienta represión en Oaxaca ahora se las da de culto y sostiene que Frida "pintó en un México marxista", y Silverio Pérez, al torear, "expresó como nadie la apatía, la desidia de su raza vencida".

Sólo que mientras Juan Ignacio Zavala negocia, como antes lo hicieron Felipe González y Carlos Fuentes, que el grupo editorial Prisa imprima los libros de texto gratuito de la Secretaría de Educación Pública, y Juan Camilo Mouriño vigila la construcción del aeropuerto internacional de Campeche, del que despegarán aviones en vuelos directos a Madrid, y mientras avanza bajo cuerda la venta de Pemex a Repsol, el gobierno "socialista" de Zapatero empieza a tomar precauciones para contener el cada vez mayor flujo migratorio de mexicanos clasemedieros que tratan de establecerse en España, al igual que miles y miles de campesinos y ex obreros ecuatorianos, peruanos, bolivianos, colombianos y argentinos, hambrientos de una vida mejor.

Por eso me encantan los "intelectuales" chilangos que llegan a Barcelona a dar conferencias sobre la épica y la lírica del fútbol, pero nada dicen acerca de la dictadura que la ultraderecha está edificando en México a ciencia y paciencia de Aznar, Rajoy y, por supuesto, otra vez, de Zapatero, me digo en el avión de regreso, mirando las nubes del Atlántico y pensando en las llamas invisibles del calentamiento global que derriten los polos, y auguran que pronto nadarán pingüinos en las selvas todavía cálidas de Birmania.

Jaime Avilés. Tomado de Desfiladero en La Jornada 16 06 07
jamastu@gmail.com